Gracias por haber compartido a don Francisco durante 28 años

Hace poco más de un año celebrábamos con alegría la despedida de don Francisco párroco de San Martín de Tours y Santa María Magdalena durante 28 años, sabiendo que continuaría su vida y su labor sacerdotal entre nosotros.
Hoy le acompañamos en su último viaje terrenal y a pesar de la tristeza que nos supone su muerte, nos es motivo de alegría y acción de gracias por cuanto el Señor nos ha dado a través de su persona y de sus conocimientos; por medio de sus lecciones espirituales que ofrecía en abundancia y a través de su palabra, hechos y forma de hacer.Sacerdote incansable en su labor religiosa y de atención a su parroquia y conventos, nunca descuidó su participación, su ayuda y el consejo como consiliario a cuantas asociaciones, hermandades y cofradías estaban bajo su batuta: la Adoración Nocturna masculina y femenina, la Orden Seglar Franciscana, el grupo de matrimonios, las hermandades de Jesús Nazareno, la Virgen de la Piedad, Cristo de la Salud, Santa María Magdalena y la Virgen de la Victoria, además de su desinteresada colaboración con asociaciones religiosas de la ciudad. Gran parte de lo que hoy somos se lo debemos, don Francisco.
Cáritas Interparroquial sin duda ha sido, sin embargo, la entidad que mejor refleja el pensamiento y los hechos de don Francisco como sacerdote humilde y solidario, generoso con los necesitados y especialmente con los que diariamente solicitaban su ayuda sin límites.
Ausente de todo temor y lleno de seguridad, dcia: “cuando Él quiera, donde quiera y como Él quiera …”Intelectual, dedicado en su tiempo libre al estudio, la lectura, la oración y la contemplación, acabó como sacerdote y maestro dándonos, apenas dos horas antes de su caída, una lección magistral en el asilo de ancianos, donde ahora residía junto a su hermano Manuel, diciéndonos el deber como cristianos de estar preparados para la llamada del Padre y poder alcanzar la vida eterna y gozar de su presencia. Palabras que nos decía con entusiasmo, alegría, ausente de todo temor y lleno de seguridad, “cuando Él quiera, donde quiera y como Él quiera …”, terminaba diciendo.
Me gustaría repetir las tres frases que la Hermandad de la Virgen de la Victoria le dijo el día de su despedida como párroco, apenas hace un año:
- “Toda celebración eucarística es una acción de gracias y, también hoy Señor, queremos agradecerte el haber podido compartir durante 28 años como párroco a don Francisco”.
- “Su labor pastoral por esta comunidad ha sido ejemplo de humildad, solidaridad, sencillez y pobreza. Durante todo este tiempo ha sabido inculcar la Fe en Jesucristo y en su Madre, muy concretamente bajo la advocación de la Victoria”.
- “Gracias don Francisco por su esfuerzo durante toda una vida, gracias por su escucha, su silencio, su respeto y sus palabras de consejo, de ánimo y de consuelo”.
Gracias en nombre de los trujillanos a don Amadeo, nuestro obispo, a cuantos sacerdotes habéis podido asistir al funeral, a las Hermanas del Hogar Santa Isabel por los cuidados que le dedicaron y a vosotros, sobrinos y familiares, nuestra gratitud por respetar el deseo de don Francisco de permanecer en Trujillo hasta el fin.
Don Francisco, descanse en paz junto al Padre Celestial.
(Palabras de despedida del persidente de la Hermandad en el funeral del sacerdote)
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