miércoles, 4 de marzo de 2015

Oración segunda semana de Cuaresma


SUBIRÉ CONTIGO, SEÑOR

Quiero, hoy más que nunca,
gustar y saber, vivir y contemplar
 lo qué es un momento de gloria divina,
un resplandor del cielo.
Y, porque vivo en el barro y sin mirar a lo alto,
quiero subir contigo, Señor
y comprender que no existe auténtica entrega
si, de antemano, no es fecundada con el sacrificio.
Quiero, hoy y siempre,
ascender contigo a ese lugar
que el mundo me evita y hasta me oculta:
el monte del sufrimiento
la cumbre del esfuerzo personal
la altura de miras cuando, al seguirte,
se convierte lo grande en pequeño y, lo pequeño,
como un anticipo de la gloria que me espera.
¿Me ayudarás, Señor?
Ni mi hombro está preparado
para llevar el grueso madero de una cruz
ni, mis oídos, se encuentran dispuestos
a escuchar más golpes de martillo sobre clavos.
¿Me ayudarás, Señor?
Mira que, mis pies acostumbrados a lo bueno
prefieren ir por caminos de comodidad
por sendas que se alejen de las dificultades
por atajos que eviten el sudor o el llanto.
SUBIRÉ CONTIGO, SEÑOR
Al Tabor de mis días.
A ese lugar en el que con tu Palabra
me abres horizontes de perdón y de vida
A esa montaña en la que Dios
me hace sentirme querido, tocado,
amado, agraciado y premiado con su presencia.
SUBIRE CONTIGO, SEÑOR
Haz que tu resplandor
inunde mi vida con una nueva luz
Haz que tu presencia
me haga fuerte en la tribulación
Haz que al adorarte, siempre y en todo momento,
sea causa de fortaleza
para avanzar hacia la Patria Eterna.
Amén.


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